domingo, julio 24, 2005

La póstuma del leones

Poema que se me acaba de ocurrir, ya lo hare mas largo si me da tiempo:


Llegan desde las nubes,
los aromas de la guerra
sangre que derramaré,
el humo de las hogueras
el metal desenvainado
el cuero de las correas,
el polvo que arremolinan
a su paso las carretas
el sudor de los caballos
las botas de vino secas.

Hoy he de morir, lo sé
lo sé porque lo han predicho
sus ojos azul profundo
su gran sonrisa y su guiño
el sonar de guadaña
con su peculiar chasquido

Ceñida la cota aprieta
clavandose al jubón de cuero
y sobre ellá el tafetán,
de los colores del fuego,
ondea y trata de huir
del destino de su dueño
El dia se torna tarde
de gris se encapota el cielo
caen las gotas cual llanto
que ya diluviará luego.

Abajo en el valle avanzan
los asesinos a sueldo,
mercenarios de mi rey
para cortarme el pescuezo,
que por mucho preguntar
me va a enviar al infierno.

siete he despachado ya
en nuestro primer encuentro.
Dos de un tajo en un costado
cayeron muertos al suelo
el hacha dejé clavada
en la espalda de un tercero,
desenvainando la espada
otro de un golpe en el cuello
al quinto con mi puñal
degollado he como un cerdo,
por herida en la muñeca
con dos cuartas de mi acero
atravesando el pulmón
le doy las gracias al sexto,
lanzandome como un loco
sin tiempo a sentir el miedo
con puño y puñal en ristre
despache a otro puñetero.

cuando busco en sus morrales
encuentro de mi rey un sello
en la carta a algún rufian
nombrandole caballero,
por despachar al leones
y llevar de prueba un dedo.

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