viernes, julio 29, 2005

Lamento de Madrugada.

Continuación de la historia:

Hoy un hombre ha de morir
hoy ha de morir mi alma
por servir a mi señor
y servirle buena fama
hace un mes que vino el rey

y se alboroto la casa
servimosle un buen lechón
luciendo todas las galas
y entre toro, bierzo y albiño
eran todo carcajadas.
Le ha preguntado a mi padre
que nobles me cortejaban,
presto ha respondido él
no ha nadie a quien él dejara
conterjarme, aún con permiso
de su santidad el Papa,
Ha insistido el rey de nuevo
y estas fueron sus palabras
"En edad está esta flor
de que quieran desposarla"
Con la luna me marche
a mi cuarto sonrojada
¿Sabria mi padre acaso
del leonés y sus garras?

Hace un año que le vi
por el monte allí cazaban
en las laderas de Babia,
con la luz de la mañana,
todos los grandes del reino
y alguno que no contaba.
Buscando darle a mi padre

una poca de agua clara
En la niebla me perdí,
rasgué de espinas la falda
y maldecí mi fortuna
mientras la senda no hallaba
ni los caballos, ni el ruido
de la partida de caza.
El hambre me hacia mella
y no podia acallarla
no veía fruta alguna
ni siquiera tirstes bayas,
cuando una abeja yo vi
negra entre la niebla blanca
y escuchando su zumbido
la seguí hasta su morada
por donde debía haber miel
si yo supiese sacarla.
Mis ojos algo avistaron
y a tierra me tiré plana
cuandó frente a mí pasaron
de un oso enorme dos garras,
muerta me ví en ese instante
cuando oí las campanas
del corcel mismo del rey
y entre la niebla dos lanzas.
Volviose la bestia a ellos
enfrentandose a las astas
que como juncos partierón
cual en las justas de Arganza
Llegó el rey y un caballero
que hacia mi se galopaba
bajando de su caballo
y subiendome en las ancas.
quiso la bestia volverse
pero antes de dejarla
entre el animal y yo
él interpuso su hacha
Su alteza llego a mi lado
y siguiendo la palabra
del infante fente a mi
del peligro me alejaba
"Hazme esta merced ahora
sacala de la ensenada
que no quiero verte herido
mientras pueda usar un arma"
Le dijo el infante al rey
mientras sacaba la daga.

Dos horas despues al fuego,
todos por mi preguntaban
pero yo no podia pensar
salvo en él y su mirada.
Llegó arrastrando los pies
sangrando las ropas ajadas.
la bestia no pudo vencer
contaba mientras le vendaban
que si vivendo seguía
muerta estaría al alba
pues le habia cercenado
con el hacha un par de garras
pero tuvo que volverse
por lo mucho que sangraba.

Era nacido en León,
único ya de su casa
y habia quien sugería,
que con él se terminaba
No se le sabían amores
más alla del de la espada
Que si como angel reía
como un demonio luchaba.
Tristes, los sus ojos tristes
aun más triste su mirada
brillaban sus ojos pardos
entre las negras pestañas.

En esto que me acerqué
a fuego desde su espalda,
saludé y me ofrecí
a remendarle la capa
que por culpa del combate
estaba rota y rasgada
Sonriendo me indicó
que si yo la remendaba
cosiese sobre el corazón
una luna en color plata
para poder recordar
la sonrisa de mi cara.
Al amanecer la gente
habia vuelto a la caza
y sobre el mediodia
yo la costura acababa
cuando le vi aparecer
y con el hacha mellada
"Aqui os traigo, señora
de recuerdo las dos garras
del oso aquel que logró
que con vos me tropezara."
Torpe en su gesto sincero
cual agil fuera en batalla,
y con tan sencillo ser
ya me tenía prendada.

De eso un año hace hoy,
en que su capa bordara.

"Mi flor mi cielo mi amor
ven que te tengo que hablar
de la honra de esta casa.
Toma este trozo de seda
y cuando venga a tu ventana
el leonés de ojos pardos
que vistes en la montaña
dasela en prenda y obliga
a que vuelva en dos semanas"

Asi me dijo mi padre
asi rompiase mi alma.
Pronto tuve que acceder
por miedo a que reprochara
el haberme visto a solas
con un hombre que me amaba
Dentro me quise morir
estaba desconsolada
que por mi sangre he de hacer
lo que no haría por nada.

Hacen trece dias ayer
desde que le traicionara,
Esta noche ha de venir
esta noche que se acaba
Ojalá que me mintiese
cuando me dio su palabra,
ojalá que vea el brillo
del asesino y sus armas
que se oculta en aquel seto
con la ballesta cargada.
Ojalá que me matase
alli mismo con su daga.

Hoy un hombre ha de morir

hoy ha de morir mi alma
triste destino nacer
mujer en tan noble casa,
que por noble he de romper
hasta la plabraba dada,

Yo preferiría morirme
como un hidalgo en batalla,
que asi soy muerta igualmente
pero no estoy enterrada.

1 comentario:

Hernan Kowalsky dijo...

estoy escribiendo uno mas corto desde el punto de vista del padre de ella, agradezco sugerencias


No he dejar que este rey
manche nuestra bandera,
de otro monarca lujuria
mi hermana ya fue la presa.

Vino en tiempo de cuaresma
y carne me hizo servirle
a lo largo de la cena
preguntó por mis asuntos
por mis disputas y afrentas
por las vidas de mi gente
y por unas cuantas rentas.

Pero sus ojos no huyeron
de su pecho y sus caderas
que a mi niña consumía
con su mirada su alteza.

Hablome de un leonés
que en mucha estima tuviera
y desde lejos ya olí
el llegar de aquella treta.
Vendiome al pobre rufián
como el ganado en la feria
que si noble que si fiero
que si leal en las guerras
A mi no me engañas tú
con esa trama tan vieja
que al de león tu peón
usaras como albacea
para llegar a mi hija
y sin honor poseerla
mirame como sonrío
mirame con que entereza
le digo a todo que si,
planeo venganza mientras.
Crees que no se que harás
del infeliz marioneta
que pronto ha de visitarme
como una coincidencia.

Mando por mas vino y copas
por licores y cervezas
y cuando estes bien dormido
con tu sello de nobleza
firmare del pobre incauto
con tu nombre su sentencia.

Que si brava y orgullosa
en esta casa así reza
bajo el escudo nobiliario
rubricando mi bandera
"aqui se imparte justicia"
nadie dijo "ha de ser ciega"

Por si de esa se librara
por sus artes en la guerra
al pelele de este rey
otra sorpresa le espera.

Llamo a mi dulce tesoro
llamo a mi hija pequeña
Y la instruyo en la labor
para acabar la tarea

Si mi niña he de casar
quiero que lo diga ella
que se case por amor
no por titulos ni tierras
que sobra oro en la casa
como agua en una presa.


.
Maldito seas dios maldito
maldigo esta hora funesta
que has robado la color
de entre sus labios de fresa
¿Que mal achaca a mi cielo
que ponzoña la envenena?
¿Que plaga azota su alma?
que se da ella ya por muerta.
No quiere ver confesor
que no quiere ser absuelta
Habla de al averno ir
para cumplir su condena

Cruel broma del destino
macabra comedia griega
que antes de perder la voz
mi niña a mi me confiesa
que muerto es su corazón
por el pañuelo de seda
que guió hacia aquel galan
tres pivotes de ballesta,
que no puede mas vivir
y que se muere de pena
por traicionar al leonés
a quien tanto ella quisiera.

Solo me queda marchar
desterrado de esta sierra,
pues puesto el monarca ha
un gran precio a mi cabeza,
por traición y asesinato
de quien no me hizo afrenta
salvo el de enamorarse
de mi hija y su belleza.